Ceremonia de entrega de constancias y certificados del “Proceso de formación y certificación de instructores de capacitación”

Publicado el 13 Diciembre 2017
Discurso 52, 2017.

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Dra. Teresa Incháustegui Romero
Directora general del Instituto de las Mujeres de la CDMX
Ceremonia de entrega de constancias y certificados del “Proceso de formación y certificación de instructores de capacitación”.
Escuela de Administración Pública de la CDMX

“Como servidores públicos estamos para servir y generar, a través de nuestras actividades, un servicio que sea pertinente, adecuado, accesible y eficiente”


Buenos días y buen provecho a todas y todos.

Siempre para mí es muy placentero asistir aquí, a la Escuela de Administración Pública con la que, como bien dijo León, tenemos mucha empatía y coincidencia, no sólo en la parte que me toca que es la formación de género, también la importancia de la formación de servidores públicos.

Como decía el video, la impresión, la percepción que tiene la mayoría de la población, incluso entre las que nos contamos todas y todos, porque nosotros tenemos esa doble cachucha de ciudadanía, somos ciudadanos, pero también somos servidores públicos, entonces como ciudadanas y ciudadanos, compartimos de alguna manera, la percepción de que los gobiernos, no suelen ser tan eficientes y eficaces como quisiéramos.

La población en general piensa que todos los que llaman “políticos”, entre los que nos meten a todos, somos como superfluos y ven ahí alguna pasta divina, por encima de todos, que se la pasan muy “cachetonamente”, mientras los demás sufrimos y sufrimos a veces incluso, hasta por decisiones equivocadas, que lejos de tomar en cuenta las necesidades reales de la población, del mercado, de los servicios, a veces ponen solamente obstáculos.

El país tiene una gran carencia de profesionalización en el servicio público, somos casi, o sea de los países de la OCDE, que es el club de los ricos, pues somos los únicos que no tenemos un servicio civil de carrera profesionalizada, y es muy frecuente, el “cuatismo”, el “amiguismo” y el “compadrazgo” a la hora de definir cargos, responsabilidades y ese es el detrimento del servicio público.

Eso hace que, a pesar de que tenemos muchísimos recursos, porque cuando uno va a ver la totalidad del gasto público en el país, que además en los últimos años ha crecido exponencialmente, pues son un montón de dinero, aproximadamente son como 12 billones de pesos, una brutalidad.

Pero nuestros recursos que son nuestros, que son de todas y todos los mexicanos, que pagamos impuestos, que además somos muy poquitos los que pagamos impuestos, hay mucha gente que no paga impuestos, unos porque son muy ricos y se los devuelven y otros porque están en trabajos informales, no sufragan.

Entonces nosotros somos de los que pagamos impuestos, somos parte de esos 12 billones de pesos. Son recursos que no se aprovechan, porque hace falta ese servicio civil de carrera, que con responsabilidad y sentido de la tarea, la hagamos.

Yo, por ejemplo, estuve algún tiempo estudiando en España y me admiré mucho de cómo hasta casi nivel de subsecretarios, los servidores públicos son de carrera, no son como aquí que son de base, que son los únicos permanentes, nunca se capacitan y nunca compiten realmente por los cargos. Allá uno se forma, se prepara, presenta examen de oposición para el cargo siguiente en el momento en el que está desocupado y se puede aplicar y ganar.

Los políticos que están hasta mero arriba reconocen toda esa capacidad de la estructura, y a partir de ahí queda la memoria de lo que se ha venido haciendo, pero también queda y allí está muy bien representado, lo que es el sentido de lo público, el sentido del bien común que es la base del servidor público.

Nosotros y nosotras como servidores públicos, esa parte de que estamos para servir y para generar, a través de nuestras actividades, un servicio que sea pertinente, adecuado, accesible y eficiente, ese principio que es el fundamental, porque esa es la estructura mental que se requiere para que las cosas funcionen, para economizar recursos, aprovecharlos mejor y para aprovechar mejor el tiempo.

Ese es el espíritu con el que se creó la Escuela de Administración Pública de la Ciudad de México y es el espíritu con el cual se ha venido funcionando.

Yo comparto el sueño de que todas y todos los servidores públicos de todos los sectores se formen y se formen de una manera profesional y estandarizada, porque siento que tenemos muchos recursos de capacitación muy mal administrados, muy mal aprovechados.

Deberíamos tener en cada dependencia un enlace con la Escuela de Administración Pública que definiera contenidos y necesidades de formación, pero que fuera la Escuela la que certificara que ese contenido corresponde con el perfil de lo que se requiere, porque a veces se hacen eventos, que es un montón de plata, que son un montón de cosas y dan una charla y meten allí a 250 gentes y esa no es capacitación, ahí es donde necesitamos cerrar la brecha con la Contraloría, con la Coordinación General de la Evaluación de Desarrollo Profesional, para que esos recursos sean aprovechables y muy eficientemente.

Aquí es como el espíritu de la colmena, todas las abejitas saben exactamente lo que van hacer y lo hacen como relojito. Entonces, ese espíritu de la colmena en donde cada quien hace exactamente lo que tiene que hacer, es parte de lo que nosotros tenemos que lograr, claro no de una manera mecánica, porque necesitamos el sentimiento, la emoción, el compromiso, el amor, que también implica la tarea bien cumplida. El amor al trabajo, un trabajo decente, un trabajo bien remunerado y el amor al servicio público.

Pues yo, nada más me resta decirles que aprovechen los que van a aprovechar estos días para descansar y estar en su familia, a estar en armonía, a disfrutar y agarrar mucho oxígeno, porque nos va hacer falta para el año entrante.

Muchas gracias.

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